¿Qué debo comer si tengo una enfermedad autoinmune o cáncer?
Enfrentarse a cualquier enfermedad importante supone un cambio radical en la vida diaria. No solo tienes que asistir regularmente a médicos, también es necesario adoptar una rutina nueva. Parece algo pequeño, pero es quizás uno de los pasos más difíciles al recibir un diagnóstico.
Muchos de mis pacientes del programa de Coach médico se sienten abrumados porque no saben cómo abordar la enfermedad como experiencia de vida.
En esta primera etapa de asilimilación y de ajustes es muy común no saber cómo empezar a cambiar tu estilo de vida para mejor, sobre todo tu alimentación.
Saber qué comer ante una enfermedad autoinmune o cáncer es esencial para aliviar la sintomatología y reducir el impacto de la trastorno en nuestra vida.
Seguro habrás oído la expresión “somos lo que comemos”… y es bastante acertada.
¿Por qué debo cambiar mi alimentación si estoy enfermo?
Imagina que tienes dos amigos muy cercanos con dietas completamente diferentes: uno acostumbra comer carnes rojas y grasas saturadas las tres comidas del día. Como no le gustan las frutas ni las verduras, complementa con mucho almidón, harina y azúcar procesadas. El otro prefiere la gastronomía mediterránea (más vegetales y granos que carnes), además, cuida su ingesta de grasas, carbohidratos y azúcar. ¿Quién crees que gozará de mejor salud a largo plazo?
La Organización Mundial de la Salud, así como otras asociaciones médicas, advierten que una dieta adecuada determina tu calidad de vida.
Piensa que la alimentación es una necesidad orgánica. Todo lo que comes es procesado y absorbido por el cuerpo para mantenerse en funcionamiento. Si no hay equilibrio, el cuerpo se resiente y refleja la desproporción con malestares o enfermedades. Cuando eres diagnosticado con una autoinmune o cáncer, la forma en que comes influye tu recuperación. Por eso es tan importante saber qué debes cambiar de tu dieta, pues hay algunos alimentos que no son favorables para tu cuadro médico.
¿Qué alimentos puedo permitirme?
Consume alimentos ricos en vitamina C si padeces cáncer. Esta es una antioxidante que ayuda a regenerar las células dañadas. Además, promueve la producción de colágeno, lo que favorece a tus cartílagos y tu piel.
Disfruta tu postre diario con una buena dosis de frutas cítricas (naranja, toronja), papaya y fresas. También añade a tus almuerzos papas horneadas o una rica ensalada de brócoli y tomates.
Otra gran opción es apegarse a una dieta alcalina para combatir las enfermedades autoinmunes y equilibrar los ácidos pH del cuerpo. En resumen:
Hazte mejor amigo de los vegetales verdes (pepino, espinaca, aguacate, apio, judías verdes, lechuga, alcachofa, espárragos, calabacín) y del coliflor, limón, remolacha, zanahoria, quinoa, ente otros.
Limita tu consumo de garbanzos, judías rojas, ciruela, manzana, plátano, uvas, arroz y pasta integral.
Elimina las carnes, el chocolate (sí, sé que duele), el café y el alcohol.
¿Qué NO debería comer?
Las enfermedades autoinmunes producen mucha inflamación porque nuestros anticuerpos (unas células dedicadas a defender al cuerpo de agentes extraños como virus, bacterias o sustancias inorgánicas) atacan las células buenas de nuestro propio organismo. Esta “lucha” hace que nos hinchemos.
Para aminorar este síntoma, lo ideal es que descartes los siguientes alimentos en tu dieta.
Lácteos y derivados: al llegar a la edad adulta, la leche, el queso y el yogurt producen “alergia” (intolerencia), lo que se traduce a problemas digestivos y respiratorios, además de hinchazón por gases. Los huevos tampoco son recomendables.
Carnes rojas y algunas blancas: la carne de vaca (sobre todo la procesada) promueve la inflamación y fomenta las células cancerígenas. La carne de chancho (cerdo) aumenta la concentración de la histamina en el sistema y tiende a causar alergias. Prefiere el pescado azul (rico en omega 3 y 9) por sobre otras proteinas.
Azúcar procesada: alimentos como golosinas y bebidas como refrescos o jugos procesados tienen un alto porcentaje de azúcar. Procura evitarlos, pues acidifican el pH del cuerpo.
En otra entrada hablamos de cómo tu mente y corazón atañen el tratamiento de enfermedades como lupus, esclerosis múltiple o diabetes tipo uno.
Ahora es momento de entrenar tu cuerpo mediante una alimentación saludable.
El cambio y la salud vienen de adentro y se manifiestan afuera.
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