AUTOINMUNES, CANCER Y MITOCONDRIAS… ¿Algo en común?
¿Qué tienen en común?
Este artículo lo he realizado pensando en mis pacientes y todas aquellas personas que viven con un proceso de enfermedad autoinmune o cáncer.
Lo he escrito de una manera simple, para que puedas entenderlo y tomar consciencia del rol que tu estilo de vida tiene en tu salud.
¿Estas lis@? ¡Pues allá vamos!
Tu cuerpo envejece cada día que pasa.
Pero ¿acaso tú sabías que en nuestro cuerpo tenemos unas “baterías especiales” que producen la energía de nuestro cuerpo equivalentes a poderosas centrales de energía y que se encuentran dentro de cada una de tus células?
Efectivamente, estoy hablando de tus mitocondrias…
Después de varios estudios, los investigadores han logrado demostrar que la función mitocondrial está asociada con el envejecimiento celular.
Las mitocondrias son capaces de realizar cambios que se relacionan con el envejecimiento de tu cuerpo:
A medida que tu cuerpo envejece, tus mitocondrias sufren daños y mutaciones que afectan la forma adecuada en la que deberían funcionar.
Las mitocondrias que han sido dañadas se van a acumular en tus células.
Las células producen cada vez una menor cantidad de mitocondrias nuevas a medida que van envejeciendo.
Como puedes ver, tener unas mitocondrias saludables es verdaderamente esencial para tu salud.
Ellas son capaces de producir cerca del 95 % de la energía de tu cuerpo en forma de ATP (Adenosín Trifosfato o Trifosfato de Adenosina) que es la molécula portadora de la energía primaria para todas las formas de vida (bacterias, levaduras, mohos, algas, vegetales, células animales).
Todas ellas contienen ATP, y también son responsables de la apoptosis esencial o muerte celular programada, mecanismo que se encuentra alterado en los procesos de cáncer.
Tus mitocondrias proporcionan importantes moléculas de señalización (como si fuera una vía principal llena de señales para evitar accidentes de tráfico) pero en este caso, la función de las mitocondrias está destinada para contribuir a la expresión génica, así como para promover una respuesta inflamatoria normal en todo el cuerpo.
Déjame decirte que tus mitocondrias son tan poderosas que, muchos científicos consideran que pueden llegar a determinar en gran medida tu longevidad.
Es por ello que, si tú eres un ignorante de este tema, podrías estar atentando de manera inconsciente contra tu salud.
Lo que tú desconoces sobre el rol de tus mitocondrias….
A diferencia de los otros componentes que se encuentran en el interior de cada una de tus células (esas capaces de formar tus tejidos, tus órganos y por ende hasta tus sistemas, que permiten el funcionamiento de tu cuerpo) tus mitocondrias tienen su propio material de ADN.
Considera ahora que algunas de tus células podrían contener hasta 2 500 mitocondrias y esto en realidad, es una gran cantidad de material genético, tomando en cuenta que ellas tienen la capacidad de replicar y aumentar su número dentro de cada una de sus células.
La ciencia ha demostrado que mientras mayor sea el número de las mitocondrias en tu cuerpo y cuanto más saludable sea el funcionamiento de las mismas, entonces mayores serán tus probabilidades de vivir una vida larga y, sobre todo, saludable.
Sin embargo (y aquí viene la cuestión fundamental de este artículo) el ADN mitocondrial es mucho más susceptible al daño oxidativo severo que el ADN celular, por ello en las próximas líneas te voy a explicar qué es lo que en tu estilo de vida puede provocar la oxidación = enfermedad.
Como te explique anteriormente, debido a que tus mitocondrias producen el 95 % de la energía para todos los procesos corporales, esto significa que ella se encuentra en medio de una enorme tormenta de actividad oxidativa lo que ocasiona la liberación de radicales libres dañinos y otras especies reactivas del oxígeno que resultan tóxicas para las mismas células.
La mitocondria cuenta con la desventaja de que su ADN mitocondrial no cuenta con las mismas defensas estructurales ni los sistemas de reparación que su ADN celular.
Esto provoca que el material genético que contienen mute a un ritmo mucho más rápido y se acumulen en tu cuerpo a medida que envejeces. Los científicos están convencidos de que las mitocondrias que han resultado dañadas y la disfunción mitocondrial se convierten en agentes que dan paso al proceso del envejecimiento normal y que podrían afectar a su salud.
¿Qué es lo que yo hago que puede estar dañando a mis mitocondrias?
La alimentación alta en carbohidratos.
Cuando tú eres joven, tienes la ventaja natural de que tus mitocondrias están bien protegidas por las defensas naturales del cuerpo, pero a medida que vas envejeciendo, esa protección se desvanece.
Por tanto, cuanto más rápido envejezcas, más rápidamente se deteriorarán tus mitocondrias y ellas se volverán disfuncionales sobre todo a nivel de tu cerebro, corazón y tus músculos.
Tus mitocondrias están siendo alimentadas por ciertos combustibles y al mismo tiempo dañadas por otros. Por lo tanto, debes tener en cuenta una alimentación saludable que apoye a la función y salud mitocondrial.
Sin embargo, la mayoría de las personas llevan una alimentación compuesta principalmente de alimentos procesados y queman carbohidratos como su fuente principal de combustible.
Esta ingesta alta de carbohidratos hace que el cuerpo use esta fuente como combustible principal, aumentando el número de los radicales libres secundarios, dañando a las mitocondrias celulares y por tanto al ADN.
Por otro lado, ocasiona que el mismo cuerpo sea incapaz de usar las grasas como fuente principal (más saludable) de energía.
¡Como ves, lo que tú comes podría beneficiar o perjudicar a tus mitocondrias!
Si en cambio, tu alimentación es baja en carbohidratos netos (carbohidratos totales sin fibra) y alta en grasas saludable (con una adecuada cantidad de proteínas o una dieta cetogénica cíclica) podrías lograr en tu cuerpo una cetosis nutricional. En otras palabras, la “gasolina” de tu cuerpo es saludable al quemar grasas como su combustible principal, en vez de azúcar.
Esto hace posible que tu cuerpo, recupere la flexibilidad metabólica para quemar grasas como combustible, por tanto, tu hígado produzca grasas hidrosolubles llamadas cetonas que se queman mucho más eficientemente que los carbohidratos provocando una pequeña cantidad de especies reactivas del oxígeno y radicales libres secundarios que son las responsables de dañar a tu ADN celular, mitocondrial y a tus proteínas.
En pocas palabras, si verdaderamente desea tener unas mitocondrias sanas, un proceso de renovación celular garantizado y por tanto una excelente inmunidad, no es opcional hacer una dieta cetogénica (en otro artículo les hablaré más en detalle sobre la dieta cetogénica, las formas y frecuencias saludables de hacerla).
Mientras… ¿qué más puedo hacer para aumentar la cantidad de nuevas mitocondrias mientras voy ganando edad?
Los cambios prematuros que surjan en la función mitocondrial podrían revertirse si estos son detectados a tiempo, y antes de que el daño sea permanente.
El ejercicio físico te ayudará a crear nuevas mitocondrias y a eliminar aquellas que están dañadas
La ciencia ha demostrado que el ADN mitocondrial de las fibras musculares va deteriorándose a medida que vas envejeciendo. Por ello, es importante que practiques una rutina de ejercicios de manera regular y que te mantengas en un peso saludable.
Muévete a lo largo del día, evita permanecer sentado prolongadamente. Ten en cuenta que, cada vez que tu cuerpo experimenta una mayor necesidad de energía (por ejemplo, con el ejercicio), produces nuevas mitocondrias.
El ejercicio ayudará a estimular la mitofagia (proceso fisiológico donde se eliminan a las mitocondrias dañadas, para que no se acumulen en sus células).
Evite las toxinas ambientales
Entre ellas los herbicidas, pesticidas y todo tipo de sustancia tóxica que muchas veces se encuentra en las frutas y vegetales.
Una de las toxinas que resalta por su toxicidad es el glifosato (pues el mismo impide la absorción tanto de manganeso como de zinc), estos minerales son de vital importancia para proteger a las mitocondrias del daño oxidativo.
Enriquezca su dieta con nutrientes.
Existen varios nutrientes que apoyan a un mejor funcionamiento mitocondrial:
CoQ10 (o Ubiquinol): Este es uno de los antioxidantes más importantes para proteger específicamente al ADN mitocondrial.
Magnesio: Contribuye a aumentar la eficiencia de las funciones mitocondriales en la reparación de los daños, así como para producir energía.
Ácidos grasos omega-3 (de origen animal): Contribuyen a mejorar la función mitocondrial durante el envejecimiento cerebral.
Todas las vitaminas B (tiamina, riboflavina y B6): Necesarias para el funcionamiento de las enzimas esenciales las que contribuyen a la función celular y mitocondrial.
Berberina: Activa a AMPK, encargada de regular la homeostasis energética, protege a las mitocondrias del daño oxidativo y estimula el desarrollo de nuevas mitocondrias.
La berberina es considerada como uno de los pocos compuestos presentes en la naturaleza que es conocido por sus propiedades de lograr activar el “interruptor metabólico” y ayudar a proteger las células cerebrales.
Pero.. ¿cómo ayuda este compuesto a los pacientes que están viviendo con una enfermedad autoinmune o con cáncer?
Pues en los últimos 5 años PubMed ha logrado enlistar más de 2000 estudios que mencionan los beneficios para la salud de su consumo, entre los más importantes se encuentran: su rol en la apoptosis (muerte celular programada normal).
¿Te das cuenta que esta ventaja podría desempeñar un importante rol en fomentar el crecimiento y desarrollo de las células normales sanas?
Además, contribuye a otras funciones como, por ejemplo:
Regular las funciones biológicas que contribuyen al balance normal de la energía, los lípidos y la glucosa.
Coordinar la respuesta corporal a los factores estresores.
Sustentar la reparación y el mantenimiento celular.
Si me acompañaste con la lectura de este artículo, habrás podido encontrar la importancia de mantener a nuestras mitocondrias saludables para prevenir las enfermedades y el envejecimiento celular, así como para poder favorecer a la recuperación de funciones celulares que contribuyen a sostener mecanismos de salud en nuestro cuerpo.
Ahora que tienes la información, ¿Cómo vas a contribuir a ponerla en práctica en tu salud?
Si estás viviendo un proceso de enfermedad autoinmune o cáncer y estás interesado en conocer cómo mejorar tu calidad de vida, te lo cuento todo en 20 min.
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Dra. Hanna